Según el Parlamento Europeo (2008) la educomunicación es “La capacidad para comprender y valorar críticamente los diversos aspectos de los distintos medios de comunicación, consiguiendo filtrar certeramente la información recibida a través del torrente de datos e imágenes.” Intentar llevar este concepto a una primaria, hablarlo con niños de 10 y 11 años, es mucho más fácil de lo que parece.
La generación alfa, los niños que nacieron a partir del 2010, son quienes verdaderamente son 100% tecnológicos, su vocabulario contiene palabras como: flamers, trolles, pro; son consientes del grooming, e incluso muchos aspiran ser cada día más responsables prosumidores para así conocer como funciona el internet. Es sorprendente.
Con respecto a los challenges y el FOMO (Fear of Missing Out, que significa miedo a perderse de algo, o quedarse por fuera) destacan quienes a tan corta edad opinan que prefieren ser rechazados y vivir, a ser amados y morir al seguir tendencias que los ponen en peligro a ellos y a sus amigos; otros tienen opiniones aún más profundas al decir que pecan más quienes crean los retos, por poner en riesgo a otros solo por llegar a ser virales.
La generación alfa, quieren ser YouTubers y pro gamers sí, cosas que los adultos que los escuchamos muchas veces no entendemos; su forma de ver el mundo está condicionado por lo que conocen a través de las pantallas, pero es precisamente por eso que están diseñados para discernir la intención detrás de esos mensajes audiovisuales, son extremadamente capaces de percibir el peligro y son altamente empáticos, en especial con quienes diferentes a ellos.
Adultos significativos: hablemos libremente, los alfa escucharán.